Bardem representa la calidad de una generación
El cine español está que se sale. La nominación de Javier Bardem para optar al Globo de Oro al mejor actor dramático es una noticia que demuestra la consolidación de las figuras de la cinematografía española en el extranjero. Pero hay algo más. Bardem estará con los grandes. Sin pudor, ni complejos de inferioridad. Sus contrincantes son nada más y nada menos que Tom Hanks y Michael Douglas. Quién puede pedir más.
El papel por el que ha sido elegido Bardem es el que hace en Antes del anochecer, dirigida por Julian Schnabel, donde su caracterización del escritor cubano exiliado a EEUU, Reinaldo Arenas, ha recibido ya el reconocimiento de actores como Al Pacino y Robert Duvall, que consideran que se trata «de la mejor interpretación masculina en muchos años». Por este papel, Bardem ya recibió el premio al mejor actor de la Mostra de Venecia.
Pero no es el único. Los americanos sucumben ante la calidad de los profesionales españoles. Es el caso, por ejemplo, del director Fernando Trueba. Su película Calle 54, un magnífico fresco sobre el jazz latino, ha sido elegida por el diario The New York Times como la tercera mejor película del año en EEUU.
Otro ejemplo es la cowboy Penélope Cruz que acaba de estrenar filme junto al actor Matt Damon, y ha sido portada en Harper Bazaar y Vanity Fair. A ellos se le suman el ya consolidado Antonio Banderas y el Oscar de Pedro Almodóvar. El cine español está marcando su propio estilo. No se trata de genios en solitario, como pudo ocurrir con Buñuel en los años 60. La calidad recae ahora en toda una generación.
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